Preguntas frecuentes sobre los virus

¿De dónde vienen los virus?

Ahora mismo, no tenemos una respuesta clara, aunque muchos científicos están trabajando en ello.

Es posible que los virus se hayan producido de más de una manera. Algunos pueden haber sido la primera vida. Otros pudieron haber evolucionado de las bacterias. Es difícil averiguar por qué las maneras regulares de ver en el pasado no funcionan con los virus. Los virus no dejan fósiles. Y su información genética cambia demasiado rápido como para revelar mucho sobre sus orígenes o un pasado distante.

¿Están vivos los virus?

Esta pregunta es un debate científico continuo. La respuesta breve es: depende de a quién le pregunte.

En el lado de “sí”, los virus tienen mucho en común con todas las formas de vida que hemos conocido. Tienen información genética y proteínas. Y como todos los seres vivos, los virus se reproducen y evolucionan.

Sin embargo, en el lado de “no”, los virus no pueden hacer mucho por sí solos. Otros parásitos usan un huésped para obtener nutrientes o un lugar para vivir. Pero los virus no tienen las partes celulares que se necesitan para sostener la vida. Ellos dependen de un huésped para darles energía y materia prima, y para la reproducción.

Al final, se reduce a cómo usted quiere definir la vida. Y definir exactamente lo que significa estar vivo llega a ser muy filosófico. Pero, sin importar si están vivos o no, los virus son partículas pequeñas con un gran impacto en nuestras vidas.

¿Por qué los mismos virus causan diferentes síntomas (o incluso sin síntomas) en diferentes personas?

Hay muchas razones. Cada persona tiene una mezcla diferente de factores que pueden hacer los síntomas mejores, peores o simplemente diferentes. Algunos de los más importantes se indican aquí:

Nivel de exposición: cuando se trata de la gravedad, las personas que están expuestas a (es decir, están en contacto con) una dosis más alta de virus tienden a enfermarse más.

Para los virus que se propagan por medio de gotas que las personas exhalan (como el SARS-CoV-2), usar una mascarilla significa que inhala menos partículas de virus. ¡Es por eso que es una buena idea lavarse las manos y usar mascarilla!

ITambién es importante por dónde entra el virus a su cuerpo. El mismo virus puede provocar ojos rojos (conjuntivitis) o secreción nasal, dependiendo de en dónde cae.

La exposición es uno de los únicos factores sobre los que tenemos control. Identificar los virus para los que está en riesgo y aprender cómo reducir la exposición es una manera de ser proactivo sobre su salud.

Inmunidad parcial: la exposición pasada a un virus a veces puede darle protección contra uno nuevo. Si las proteínas de la superficie en los dos virus se ven iguales, su sistema inmunitario puede reconocer a ambos.

Un ejemplo es la influenza A, que causa la gripe [flu]. El virus viene en muchas cepas, pero las diferentes cepas pueden tener algunas proteínas en común. Si desarrolla una respuesta inmunitaria contra estas proteínas en una cepa, puede tener algo de protección contra otras. Hasta una respuesta inmunitaria parcial puede ser útil. Reduce la cantidad de virus en su cuerpo al hacer la infección menos grave (véase el nivel de exposición arriba).

Afecciones subyacentes: los problemas de salud a largo plazo son factores de riesgo para los síntomas graves de muchos virus. Los ejemplos comunes incluyen presión sanguínea alta, enfermedad cardiaca, obesidad, diabetes y enfermedad renal crónica.

Depende del virus qué afecciones tienen el impacto más grande. El impacto tiende a ser mayor cuando la afección y el virus afectan los mismos órganos o sistemas. Por ejemplo, la gripe y la COVID-19 dañan los pulmones, por lo que son muy peligrosos para las personas que tienen enfermedades respiratorias (como asma, EPOC y bronquitis crónica). Y las enfermedades como el VIH y el cáncer hacen que las personas tengan una respuesta inmunitaria menor. Otras conexiones son menos claras y necesitan más investigación.

Edad: si todos los factores de salud son iguales, las personas más jóvenes tienden a tener una respuesta inmunitaria más fuerte. Tiende a ser más débil con la edad. Muchos padres de familia probablemente tuvieron la experiencia en donde su hijo se enfermó por unos días. Pero cuando el adulto contrae la enfermedad, se enferman por una semana.

Una cosa que hay que notar es que mientras que una respuesta inmunitaria fuerte regularmente es buena, una respuesta demasiado grande puede enfermarlo. Una respuesta grande puede causar mucho daño a los tejidos que empeora las cosas.

Respuesta inmunitaria: debido a su edad o sus afecciones (por ejemplo, diabetes, cáncer), algunas personas tienen una respuesta inmunitaria débil a la infección. Esto hace que sea más difícil que su cuerpo elimine un virus.

Tener una respuesta inmunitaria fuerte regularmente es algo bueno. Pero una que sea demasiado grande puede enfermarlo. Eso es porque un sistema inmunitario hiperactivo puede dañar el tejido y empeorar las cosas. Un ejemplo de esto es una “tormenta de citoquinas”. Para aprender más sobre cómo una respuesta inmunitaria fuerte puede causar daño, visite la sección del Sistema inmunitario de Tratar infecciones virales.

Diferencias genéticas: cada ser humano es genéticamente único. Las diferencias entre nosotros pueden afectar qué tan enfermos nos ponemos por razones casi ilimitadas. Por ejemplo, las personas pueden tener ligeras diferencias en la forma de la proteína de superficie celular que un virus usa para entrar en sus células. O una pieza de la maquinaria del huésped que el virus necesita una vez que está adentro puede ser ligeramente diferente de persona a persona.

También pueden ser diferencias de imagen más grandes. Por ejemplo, puede variar la distribución de tejido de las partes celulares que un virus necesita, especialmente receptores celulares. Y hay muchísimas diferencias normales en genes que afectan la respuesta inmunitaria de una persona.

¿Siempre son malos los virus?

¡No! De hecho, no podríamos sobrevivir sin ellos.

Los virus que reciben la mayoría de la atención son los que nos enferman. Pero esta es una parte muy pequeña de los virus en general (mucho menos del uno por ciento). La mayoría de los virus no infectan a los seres humanos. Y muchos mantienen los ecosistemas y las redes alimentarias saludables y balanceadas.

Algunos virus tienen impactos más directos y positivos en la salud humana. Hay tratamientos contra el cáncer basados en virus y terapias de células madre. Los virus ayudan a mantener los microbios balanceados en nuestros intestinos. Y los virus que matan las bacterias se pueden usar como una herramienta contra las bacterias resistentes a los antibióticos.

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